
Una de las artes más antiguas y arraigadas en el ser humano y en la cadena trófica. La hay de diferentes tipos. La pesca de anzuelo, la pesca de arrastre, la pesca de palangre...
La
pesca de anzuelo es la más impredecible. El pez puede picar o no, y todo depende de un montón de variables. Si el anzuelo es apropiado, si la corriente lleva al pez hasta ese punto, si está predispuesto a comer de ese cebo... Decimos que pescamos "al agua" en oposición a la pesca a pez visto. Es decir, cuando lanzamos sin saber dónde se encuentra el pez y sin que podamos verlo picar. Es término empleado por los mosqueros, sobre todo cuando se utilizan ninfas, con cierta profundidad o con el agua muy tomada o gorda, y se pesca a ras de fondo. También es un tipo de pesca más selectiva. Vas a lo que vas, y si sale bien, bien. Si no, te jodes.
La
pesca de arrastre es la modalidad industrial. No importa lo que pesques, todo vale. Todo sirve y todo se come. Es un arte destructivo, también, ya que esquilma el fondo marino y pone en riesgo la continuidad de algunas especies más sensibles. Sólo se usa en casos de extrema necesidad.
La
pesca de palangre es una mezcla entre ambas. El palangre es un aparejo compuesto por una línea madre de la cual penden un número variable de hijuelas o brazoladas rematadas en una anzuelo. Puede ser de muchos tipos y dimensiones. Según en la zona donde trabaje, se denominará de fondo o de superficie, pero también de altura, de bajura, etc. También se habla de palangres que no llevan anzuelos, pero sí otro tipo de engaños, como el palangre de jaulas o nasas, que se emplea para pescar marisco.
La pesca es muy dura. Salimos a faenar cuando todavía es de noche, y volvemos también de noche a casa, muchas veces empapados, cansados y con el ánimo hundido. Las condiciones son duras, la mar es un medio hostil. Luego también hay obstáculos. Sobre los bancos de peces o los ejemplares más sabrosos (atunes, bacalaos, doradas), se intercalan otros que no nos interesan en Hercegovina, como el besugo o el merluzo. Especialmente molesto es un raro ejemplar llamado
Zenut, de la familia de los marrajos.
La pesca tal como la practicamos nosotros no es deportiva, sino pura y dura de supervivencia. Aunque también nos dedicamos a otras actividades depredadoras como la caza, las intercalamos con actividades más sedentarias como la agricultura (ahora estamos en la siembra), la contemplación y la celebración de ritos ancestrales.
En Hercegovina somos así de sencillos. Nos gusta la naturaleza, por eso la respetamos y utilizamos los regalos que nos da. Siempre con honor y respeto.
Lo malo es que a menudo tenemos que tirar de congelados, en vez de pescado fresco. Y si no, que se lo digan a Perdido y su amigo el Capitán Pescanova.