lunes, diciembre 11, 2006

berlin: silencios y ruidos

Dicen que cuando llegas a un lugar, la primera impresión que te llevas es muy importante y te acompaña y forma parte del recuerdo de este lugar.
4 días en berlín dan para mucho y para poco. Pero de todas las sensaciones me sigo quedando con el silencio de la avenida schönhauser alle la noche en la que llegamos. Un silencio gélido, como el viento que corría, pero lleno de sensaciones (eso que uno llama virus). El silencio por el cúmulo de ruidos de una ciudad en evolución aún desde la caída del muro y muy especialmente por algunos aspectos que la condicionan como la altísima inmigración y las políticas sociales que han dejado una ciudad con unas preocupantes cuotas de paro.

Hay algunas cosas que forman parte de este recuerdo:

-la cantidad de solares llenos de maleza en pleno centro de la ciudad entre grandes bloques comerciales.
-las casas ocupadas, por todas partes y, a diferencia de las nuestras, ocupadas para darles una nueva vida ya sea mediante espléndidas galerías de arte, como de bares o locales de todo tipo (ocupar para evolucionar, no para meterse en un ghetto). Ejemplo: la de oranienburgstrasse, de obligada visita.
-las diferencias entre las dos partes que separaba el muro, confirmadas por un berlinas amigo de perdido y no sólo limitadas a lo arquitectónico.
-lo fácil que es comerse un kebab y lo difícil que es probar alta gastronomía alemana (existe?).
-las tiendas de segunda mano, no sólo para darse un rollo cool, también para superar limitaciones económicas. A destacar la de venta de ropa a quilos y las de kastanienstrasse con abundante stock de calzado.

Y desde un el punto de vista más turístico:

-arte: el museo judío, más por el edificio de daniel liebeskind que por el contenido propagandístico, la bauhaus, y las galerías como la KW con su tobogán para bajar a la primera planta.
-reichstag: el parlamento es el símbolo de la mezcla de lo nuevo y lo viejo. La espléndida cúpula vanguardista deja una vista privilegiada de la ciudad.
-el ambiente: desde la kulturale brewsterie, donde pasamos una bonita tarde en la que hasta hubo sauna y masaje, hasta el de las calles con los semáforos llenos de flyers, y en los bares.
-la noche: de bares por kastanien hasta la fiesta con 2 dj’s pichando a los specials, hasta el rich and schone con funky y gente guapa.
-el monumento al holocausto: de miedo el silencio y la oscuridad en medio de la ciudad. Shhhht!

Auf wiedersehn berlin

1 Comments:

Blogger aXeLereitor said...

Xq serà q tota història un cop acabada és com més màgica, més èpica,... més millor!

Quin gran viatge!

4:19 p. m.

 

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