Agosto fantasmal

Eh... hola? hay alguien? Salir al balcón de casa por la noche en estos días es como asomarse a una escena de la película "28 días después", en la que un virus convierte en zombis a los humanos y el protagonista deambula por un Londres totalmente desierto. Y es que en agosto la gente desaparece de la ciudad, la deja, la abandona, y las calles se convierten casi en peatonales de tan vacías que se quedan. El Abanico está cerrado. El colmado de debajo de casa también, así como los quioscos cercanos, el bar de Moe, etc.

El propio edificio parece estar deshabitado. Antonia ya no esparce su Eau de Ducados por toda la escalera, y las vecinas no nos despiertan con el sempiterno y vomitivo Luis Miguel, cuando no es Rosana, Frank Sinatra, El sueño de Morfeo y tantos otros artistas del panorama casposo. Creo que si hubiera un Top 40 de la canción ligera y casposa, ellas serían las presentadoras del programa. Incluso los vecinos cultivadores de marihuana parece que han abandonado las plantitas a su suerte. Puede que haya llegado la hora de jugar a ser narcotraficante y robarles el negocio, montando un emporio de la hierba y los estupefacientes, y así cumplir un sueño infantil: emular al gran Tony Montana (descanse en paz).

De todas formas, sigue habiendo vida ahí fuera. Estos días he estado acompañado por Carlos, un buen amigo que va y viene, y ahora estaba de paso por Barcelona.