23 al 24

A las 12 y media del sábado llegué a casa destruido después de una noche de excesos. Nada fuera de lo normal en una noche de san juan, aunque sí fueron un poco especiales las circunstancias.

A las 5 de la tarde del día anterior me despedía de jinete en el salón de casa. Me largaba a una boda, se casaba una buena amiga que un día había sido algo más que eso. Quizás por ello muchos me decían en la previa había oído cosas como "qué puntazo que estés ahí", y que sólo pueden achacarse a un exceso de autoestima de los protagonistas y a tender a pensar que todo gira a su alrededor (por otra parte, no me parece raro). Muchos pensaron que soy un valiente porque iba solo en esas condiciones..
En realidad no iba solo. En el autocar que recogía a los invitados. empezó una relación que duró toda la noche con alguien muy especial llamado sark (cutty de nombre).

La ceremonia fue emocionante, con palabras bonitas y charlas interesantes en el aperitivo. Fue divertido encontrarme después de 8 años a un chaval al que no veía desde sus 13 aprox. El "niño" llevaba unas patillas enormes y me hablaba de las fiestas del apolo vodka en mano. Un auténtico crack. Mi amigo guille estaba emocionado (no en vano, se estaba casando su hermana) y traté de estar a su lado cuando pude.

Todo discurrió normal en la cena y el baile, aunque la música dejó un poco que desear (un clásico de las bodas..). Ir solo a una boda es una experiencia porque te buscas cómplices y te conoces un poco. En mi caso, fueron un chaval de 9 años, el "exniño" y un tipo con gafas que no sé quién era pero me cayó bien aunque no hablamos.

El autocar nos dejó en bcn a las 6 y entonces una llamada nos advirtió de una fiesta en una casa enorme de avenida tibidabo. Andamos 10 minutos y llegamos al fiestón cuando amanecía. Había 2 discjockeys que pinchaban house y un ambiente bastante pijo. Las cosas se torcieron cuando un pijo lanzado le tocó el culo a una amiga y tuvimos que advertirle.

Nos echaron de la fiesta. El pijo atrevido nos insultaba, había algo personal. Yo me divertía en la distancia de mi difraz de tarje y corbata y las gafas de sol. Una situación absurda en un ambiente hostil. Luego caminamos de mal rollo, fuimos a una casa, me sobé media hora y me largué.

El amigo cutty siguió conmigo todo el fin de semana. Un fin de semana tranquilo, en compañía de jinete y perdido, buscando mi moto (otra vez perdida por ahí). Un fin de semana del que he salido vivo aunque algo tocado, y quizás por eso me siento algo portugués cuando decodifico estos recuerdos y en mi cabeza resuena esa estranha forma de vida de amalia.