Apadrina a un hercegovino

El otro día por fin nos dejaron una reluciente, naranja, robusta y salvadora bombona de butano. Después de casi 3 semanas sometidos a un bloqueo comercial que ríete tú del de Cuba, la Señá Portera (en el papel de villana gringa) ha tenido a bien concedernos una tregua, permitiendo el suministro del preciado gas. Suponemos que en esto ha tenido algo que ver nuestro querido Seuma, del que no hemos vuelto a saber nada desde que le enviamos una educada pero taxativa carta a propósito de la factura (ver anteriores episodios).

Tenemos firmes razones para pensar que la Rolliza y el Casero se han aliado en una conspiración Judeoporteril para hacernos mobbing, con el objetivo último de que renunciemos, dimitamos, nos vayamos del inmueble. Sí, amigos. Quieren deshacerse de nosotros. Como los serbios se deshicieron de los bosnios y los hercegovinos.

Por eso cobra fuerza la celebración de una fiesta (o mejor aún, Festival o Macrofestival) en Hercegovina. Ya que nos bloquean, nos hostigan, estamos en su punto de mira... lo celebramos. Porque sí, porque somos así de chulos. En realidad sería un Festival solidario con los inquilinos, pero queda mejor lo otro. La recaudación del festival se destinará a obras benéficas. De hecho estoy pensando alguna campaña de marketing: "Apadrina a un inquilino", "Apadrina a un hercegovino"... debe ser deformación profesional.

En fin, esto es lo más destacado que ha pasado en Can Hercegovina durante la semana.

Esta noche empieza el mundial. Yumi yumi!

en la foto, Miss Bosnia Hercegovina 2005 pidiendo apoyo a la comunidad.