jueves, julio 13, 2006

Concurso de relatos de verano


El verano invita a leer, así que se me ha ocurrido un pequeño concurso. Las normas para el relato: deben aparecer las palabras ASCO, REVOLVER y CERVEZA. Tiene que ser de
inspiración medio-oeste, y con tres personajes inspirados en nosotros como protagonistas. Ah, aunque es un concurso, no hay premios. Esta es mi contribución:

John Caleffi y Al Castellano esperan en el motel de la interestatal 63. Esperan al tercer hombre, Paul Borgia, jefe de la banda y cerebro del atraco. Después de salir del Banco Wichita en el furgón blindado, con más de un millón de dólares en efectivo, la banda se separó en tres coches. Paul se quedó con la pasta, conduciendo una ambulancia que robaron dos días antes. El punto de encuentro era el motel Carmichael, en la 63. Primero llegó Al, y unas horas después Caleffi. Los controles de policía estaban situados en las autopistas, pero ellos habían rodeado por la interestatal.

-¿Qué, no ha llegado? -dijo John.
-No -contestó lacónico Castellano.
-Mierda.

Mataban las horas viendo la televisión en la habitación del motel. En el mes de julio, Kansas se convertía en un horno, incluso por las noches, cuando las chicharras lograban silenciar el sonido de la carretera, que pasaba al lado. El bar del motel, un antro asqueroso llamado The Fan, estaba gobernado por Tom Carmichael, un sucio vaquero descendiente de emigrantes franceses, y su sucia esposa, una tal Tracy, que se encargaba de las habitaciones. El aspecto del bar no ofrecía ninguna duda sobre quienes eran los dueños del motel, pues ambos eran igual de hediondos. Así era el refugio provisional de John y Al. El plan era esperar, llegar hasta Illinois y una vez allí cruzar a Canadá.

-Creo que Paul nos ha tomado el pelo.
-No -contestó Al-. Además, ya sabe lo que le espera si se le ocurre jodernos.
Al enseñó a John la automática, que llevaba medio enfundada dentro del pantalón.
-¡Quiero mi parte, maldita sea!
-No te pongas nervioso, John. Debe estar de camino. Habrá encontrado tráfico -dijo sonriendo irónico.
Al encendió un cigarrillo y tardó unos segundos en echar el humo por la nariz.
-¿Qué vas a hacer cuando lleguemos a Canadá? -dijo Al.
-¿Y yo qué coño sé? -respondió impaciente John, que no dejaba de dar vueltas en la habitación.

El ventilador de hélice daba vueltas sobre su cabeza. John parecía estar disputando las 500 millas de Indianápolis, recorriendo en círculos la destartalada estancia. En ese momento llama a la puerta Tracy: "Las cervezas que habéis pedido, vaqueros".

-Yo me compraré un rancho, criaré algunas vacas y ovejas en la montaña. Buscaré una buena madre para mis hijos...
Tracy aporrea insistente la puerta, pero ninguno de los dos abre. El volumen de la televisión llena la habitación de voces de concurso y aplausos histéricos.
-Voy a pegarle un tiro a este maldito ventilador. ¡Dónde coño está Paulie!
-..mandaré dinero a mi familia de Nápoles, para que se construyan una casa en el campo, rodeado de olivos y viñedos...
-¡Abrid, chicos, estas son las cervezas que habéis pedido!
-¡Ese malnacido nos está engañando, Al!
-..y cuando me haga viejo volveré a Italia a disfrutar de mis nietos.
-¡Eh, chicos, abrid la puerta, vamos!


BANG-BANG-BANG-BANG

4 Comments:

Blogger Alfonso Hernández said...

maldita sea, no sé de qué estás hablando, Paulie.

9:43 a. m.

 
Anonymous Anónimo said...

ARE YOU TALKING TO ME?

12:40 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Toc, toc!!!! (Son mis nudillos contra la puerta)

"HEEEEEY MENNNNN!!! WANNA SMOKE SOME MARIHUANA??????"

1:14 p. m.

 
Blogger Alfonso Hernández said...

EH, PEQUEÑO JOHNNY! APARTATE DEL CAMINO, QUE VIENE LA DILIGENCIA!!

2:11 p. m.

 

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