lunes, noviembre 07, 2005

Casas amigas


Estos días ha habido poco tráfico por la casa. El Perdido estaba en alguna parte de París, supongo que a salvo de los altercados que han ocurrido estos días por allí. Juanito estaba enfermo y pálido, y ha pasado más tiempo recibiendo los cuidados del hogar materno. Yo por mi parte he estado entrando y saliendo y durmiendo fuera, en otra almohada y con otro edredón y en otra casa.

Cuando empiezas a frecuentar la casa de alguien, esta se convierte poco a poco en algo familiar y conocido. Desde los primeros momentos de confusión y novedad, los lugares se amoldan a los ojos y al cuerpo del nuevo habitante ocasional o indefinido. Me pasó la primera noche que dormí en Hercegovina, yo solo, en mi cuarto-quesito de Trivial. La rareza, la extraña sensación, fue pasando con los días y las noches a una comodidad parecida a la que pueda sentir un conejo o un hurón al llegar a su madriguera. Una madriguera cálida, escueta y privada.

Lo mismo pasa cuando conoces otros nidos, otras madrigueras. Las primeras veces cualquier objeto o cualquier ruido parece un suceso. Luego las cosas que residen en ese lugar se hacen amigables (user friendly, que diría un geek), y el poster de Manara, las fotos de amigos y amigas, las sábanas y las almohadas te reciben con un gesto queriendo decir "ya te conocemos y te damos la bienvenida". Lo mismo que los gatos y los peces. Especialmente los gatos, que aunque sean en apariencia imperturbables ante los extraños (mucho más que los perros, al menos), agradecen tanto como tú alguna muestra de afecto.

Transitar por una casa que no es la tuya incluye un montón de información nueva. Datos que recibimos y que interpretamos, sensaciones que traducimos a nuestra manera. Supone, de hecho, adentrarse en un universo que no es el nuestro, desayunar en una taza extraña, escuchar los discos de otra forma. Transitar, medrar por hábitats ajenos. Olfatear, a ver si es un entorno amigo o no amigo. De momento parece un entorno amigo. Aunque mi sentido arácnido detecta algo, una presencia o unas presencias ocultas, un peligro quizás.

1 Comments:

Blogger noestabien said...

el jinete cabalga de nuevo, eh?.. yo sigo con mi estómago perforado por unas bravas con ansias de vivir..

3:46 p. m.

 

Publicar un comentario

<< Home

 
Free Web Site Counter
Web Site Counter