Rubia peligrosa
En anteriores episodios, el jinete conocía a una misteriosa chica rubia en un viaje de tren de Barcelona a Madrid. La chica era rubia (ya lo he dicho) y guapa, una combinación peligrosa para cualquiera, cuanto más para el pobrecito y tierno jinete. Y es que ella es peligrosa. Una rubia peligrosa. Lo digo, por ejemplo, porque vive con 5 gatos, razón por la cual tiene gestos y maneras gatunos, felinos, tigreses diría yo. Va, viene, aparece y desaparece como si fuese de caza. Marca su territorio (a conciencia), aunque éste es muy amplio y variopinto. Es una gata que campa a sus anchas, libre e independiente, por su barrio, por su ciudad, y como al jinete, también a ella le gusta montar con algo entre las piernas. Siempre he defendido el componente erótico de una moto o de una bici. Una rubia peligrosa con tejanos, casco descuidado y abollado, en una Yamaha Virago por el centro de la ciudad, de noche. Es una estampa tan californiana como macarra, sí, pero me parece excepcionalmente erótica. O sensual.
A los jinetes solitarios nos gustan los vehículos solitarios. Las motos, las bicis, los patines, las tablas. Vehículos de independencia, símbolos de libertad y de transgresión.
Y por supuesto, me encantan los gatos.
¡di que sÍ! ¡vivan las motos, las bicis, los patinetes y demás juegos y juguetes solitarios para solitarios, jinetes y escapistas! y di que sí, ese peligro de las rubias peligrosas! di que sí! hemos venido a jugar!
3:15 p. m.
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